Un joven (Christopher Walken) sufre un terrible accidente y queda en estado vegetativo. Milagrosamente se recupera del coma profundo, pero poco a poco se da cuenta que ha vuelto con el don de poder ver el futuro (o el destino) de una persona con solo tocarla. El muchacho pronto comenzará a sufrir extrañas visiones acerca de ciertos asesinatos, con lo que el don se convierte en maldición. Una de las películas menos excéntricas de David Cronenberg es también un relato finamente construído, con excelentes climas de terror parapsicológico, el carisma de Walken en uno de sus puntos más brillantes y un final lindante en la política ficción...
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