En Roma, al amanecer, cuando todo el mundo duerme, un hombre está despierto. Ese hombre es Giulio Andreotti. Está despierto porque tiene que trabajar, escribir libros, moverse en los círculos de moda, y por último, aunque no menos importante, para rezar. Tranquilo, astuto e inescrutable, hace más de cuarenta...
No hay comentarios por el momento. Sé el primer@ en participar.
Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia de navegación, publicar anuncios y contenidos personalizados y analizar el tráfico en el sitio web. Al hacer clic en "Aceptar" autorizas el uso de estas cookies. Leer más