Para bien o para mal, esta es una película 100% Creed. No me encanta la dirección de Michael B Jordan, y la sentimentalidad de Rocky ha desaparecido por completo, desde la música hasta la trama. Parte de mí desea que se hubieran aferrado a lo que hizo que las originales fueran tan geniales, pero la otra parte comprende que para abrir un nuevo camino, era necesario tomar decisiones difíciles. Dicho esto, es una película de boxeo divertida con escenas de lucha convincentes y buenas interpretaciones. La historia de fondo está bien elaborada. Le faltaba un poco del peso que tenían algunas de las otras películas, pero culpo directamente al cineasta. Buen esfuerzo, pero definitivamente se queda en tercer lugar en la saga Creed.
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