Parecen dos familias normales, pero bajo la alfombra ocultan sus peores secretos y miserias. Los Conde Spencer y los Ruiz Arismendi son familias vecinas que comparten vicios privados y virtudes públicas.
Junto a ellos habitan Javier Ruiz (Miguel Varoni) y Pilar Arismendi (Maritza Rodríguez), un matrimonio joven, bien avenido y cariñoso, con dos hijos. También llevan una existencia plácida y exitosa.
Todo cambia cuando Ignacia Conde (Catherine Siachoque) conoce a Gonzalo Ibáñez (Gabriel Porras), socio de Javier, y tras un breve noviazgo se casan. En la boda que se celebra en la mansión de los Conde Spencer Gonzalo descubre que el excuñado de su ahora esposa vive con ellos. Leonardo es el hermano del primer marido de Ignacia, el difunto Adolfo, y va en silla de ruedas. Los Conde Spencer no quieren hablar de lo que sucedió en el pasado y dejan patente que no son tan encantadores de puertas para adentro.
Decidido, Gonzalo hurga entre los papeles de Ignacia y encuentra cartas, diarios de vida y recortes de prensa, todos relacionados con la muerte de Adolfo. En cuanto comienza a escarbar en la muerte de su antecesor se suceden misteriosos acontecimientos en la mansión.
Pilar, la vecina, es psicológa, y trató a Leonardo después de que su hermano muriera. Gonzalo recurre a ella para obtener más información. Por alguna extraña razón, Pilar empieza a sentirse cómoda con el marido de su amiga, y le confia secretos de su terapia con Leonardo.
En La Casa de al lado nadie sabe quién miente y quién dice la verdad. Quiénes son los buenos, quiénes los villanos. En quién se puede realmente confiar o quiénes son de temer. Como en la vida misma...
Parecen dos familias normales, pero bajo la alfombra ocultan sus peores secretos y miserias. Los Conde Spencer y los Ruiz Arismendi son familias vecinas que comparten vicios privados y virtudes públicas.
Junto a ellos habitan Javier Ruiz (Miguel Varoni) y Pilar Arismendi (Maritza Rodríguez), un matrimonio joven, bien avenido y cariñoso, con dos hijos. También llevan una existencia plácida y exitosa.
Todo cambia cuando Ignacia Conde (Catherine Siachoque) conoce a Gonzalo Ibáñez (Gabriel Porras), socio de Javier, y tras un breve noviazgo se casan. En la boda que se celebra en la mansión de los Conde Spencer Gonzalo descubre que el excuñado de su ahora esposa vive con ellos. Leonardo es el hermano del primer marido de Ignacia, el difunto Adolfo, y va en silla de ruedas. Los Conde Spencer no quieren hablar de lo que sucedió en el pasado y dejan patente que no son tan encantadores de puertas para adentro.
Decidido, Gonzalo hurga entre los papeles de Ignacia y encuentra cartas, diarios de vida y recortes de prensa, todos relacionados con la muerte de Adolfo. En cuanto comienza a escarbar en la muerte de su antecesor se suceden misteriosos acontecimientos en la mansión.
Pilar, la vecina, es psicológa, y trató a Leonardo después de que su hermano muriera. Gonzalo recurre a ella para obtener más información. Por alguna extraña razón, Pilar empieza a sentirse cómoda con el marido de su amiga, y le confia secretos de su terapia con Leonardo.
En La Casa de al lado nadie sabe quién miente y quién dice la verdad. Quiénes son los buenos, quiénes los villanos. En quién se puede realmente confiar o quiénes son de temer. Como en la vida misma...
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