Mónica (Mercedes Morán), Mey (Carla Peterson), Lorena (Florencia Bertotti), Andrea (Araceli González) y Laura (Isabel Macedo) se conocen durante una protesta frente a la financiera en la que guardaban sus ahorros, que repentinamente cierra y se queda con el dinero de todos los depósitos. Así, de un día para el otro, los sueños y proyectos de cada una se ven truncados: el restaurante de Mónica debe cerrar sus puertas; se desvanece para Lorena la posibilidad de comprar una casa para sus padres; la herencia familiar de Mey desaparece; el capital que Laura había ahorrado junto a su pareja -para hacer un tratamiento de fertilidad e iniciar una familia- se esfuma; y Andrea y su marido pierden todo su patrimonio y quedan en la ruina.
Siete años más tarde, las cinco se han hecho muy amigas; pero todavía no han conseguido reponerse de aquella pérdida y buscan afanosamente ordenarse económica y afectivamente. Necesitan algo así como una segunda oportunidad. La última para enamorarse, realizarse, armar una familia, seguir la vocación, sanar las heridas, o simplemente, vencer las taras y miedos, esos que paralizan y aún no les han permitido llevar la vida que tanto desean tener...
Mónica (Mercedes Morán), Mey (Carla Peterson), Lorena (Florencia Bertotti), Andrea (Araceli González) y Laura (Isabel Macedo) se conocen durante una protesta frente a la financiera en la que guardaban sus ahorros, que repentinamente cierra y se queda con el dinero de todos los depósitos. Así, de un día para el otro, los sueños y proyectos de cada una se ven truncados: el restaurante de Mónica debe cerrar sus puertas; se desvanece para Lorena la posibilidad de comprar una casa para sus padres; la herencia familiar de Mey desaparece; el capital que Laura había ahorrado junto a su pareja -para hacer un tratamiento de fertilidad e iniciar una familia- se esfuma; y Andrea y su marido pierden todo su patrimonio y quedan en la ruina.
Siete años más tarde, las cinco se han hecho muy amigas; pero todavía no han conseguido reponerse de aquella pérdida y buscan afanosamente ordenarse económica y afectivamente. Necesitan algo así como una segunda oportunidad. La última para enamorarse, realizarse, armar una familia, seguir la vocación, sanar las heridas, o simplemente, vencer las taras y miedos, esos que paralizan y aún no les han permitido llevar la vida que tanto desean tener...
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