Max y Caroline se colan en la antigua casa de la rubia para recuperar algunas de sus pertenencias. Ahí, Max, abrumada y sorprendida de ver cómo vivía antes la rubia, se pone a pensar y llega a la conclusión de que Caroline es más fuerte de lo que aparenta y que en realidad no son tan distintas la una de la otra. Mientras tanto, en el restaurante, Han instala una máquina de karaoke...
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