Dos chicas sin blanca

Max y Caroline hacen una visita a Martin, el padre de Caroline, que se encuentra en prisión. Martin convence a Max para que acuda junto a Caroline a un lugar donde se pondrán a la venta todas las posesiones que había en su antigua casa. Martin intenta convencer a las chicas de que lo único que tiene realmente valor es una copa que Caroline ganó cuando era pequeña. Max se obsesiona con la idea ya que está segura de que Martin guardó en la copa parte de su dinero...