Año 2012 en Nueva Gales del Sur, el estado más poblado de Australia. El calentamiento global ha provocado la subida de temperaturas a nivel global y Australia sufre una horrible sequía, después de 247 días sin lluvia. El agua potable escasea, su precio ha subido (beber un vaso de agua cuesta 400 veces más que hace cinco años) y abunda el contrabando. En estas circunstancias, se declaran varios fuegos en distintas zonas de los alrededores de Sydney, y debido al calor y el viento estos incendios avanzan a mucha velocidad. La escasez de agua impide a David Langmore, coordinador del servicio nacional de bomberos, controlar los fuegos y pronto la situación se convierte en una catástrofe sin precedentes.
Mientras, una periodista, Susan Saphiro, investiga el porqué de la escasez de agua cuando se han tomado medidas como la creación de plantas desalinizadoras. Aunque parece que la catástrofe se debe enteramente a la climatología hay algo que no cuadra en la falta de suministro de agua para combatir los incendios...
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