En el 489 a.C., el vasto ejército del emperador persa Jerjes avanza hacia Grecia para invadirla y conquistarla. La liga griega no consigue ponerse de acuerdo acerca de la organización de la defensa, de modo que con tal de ganar tiempo, Leónidas, Rey de Esparta, decide salir al encuentro de Jerjes con trescientos de sus valerosos guerreros en el paso de las Termópilas para no dejar el paso franco al ejército invasor y ganar todo el tiempo posible mientras Grecia organiza sus defensas, aún a sabiendas de que dicha empresa supone prácticamente un suicidio...
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