Empecé a ver esto sin tener idea de qué esperar. Incluso la dejé alrededor de la mitad del primer episodio, sin haberme conectado con la trama... aún. ¡Cuando regresé a la serie, quedé atrapada! No solo quedé fascinada por la historia, sino que también quedé encantada por la presentación visual, una especie de realismo mágico. La historia de los padres de Apollo, el nacimiento y el vínculo con su propio hijo realmente conmovieron mi corazón y al instante me convertí en una espectadora devota.
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