El capítulo arranca con la aparición de una mujer que yace muerta, en lo que parece el cuarto de una serie de suicidios que aparentemente imposibles. El inspector Lestrade es el mejor de Scotland Yard pero sabe que sólo hay un hombre que puede ayudarle. En otro lugar de Londres, un héroe de guerra, inválido, regresa a casa desde Afganistán y conoce a un genio extraño pero carismático que está buscando un compañero de piso: el Dr. Watson y Sherlock Holmes se reúnen por primera vez...
Una cifra misteriosa aparece garabateada en paredes de los alrededores de Londres. La primera persona que ve la clave muere a las pocas horas de leerla. Sherlock se sumerge en un mundo de códigos y símbolos. Pronto se entera de que la ciudad está en las garras de una banda de contrabandistas internacionales, una sociedad secreta llamada el Loto Negro...
Sherlock es invitado a investigar lo que parece ser un caso muy sencillo: un joven funcionario se encuentra en una línea de ferrocarril con la cabeza aplastada. Pero todo se complica y se convierte en un terrorífico juego del gato y el ratón con la aparición del cuerpo sin vida de un chico de 20 años, un coche empapado en sangre, una valiosa obra de arte falsificada... es el tipo de aventura de la que sólo Sherlock y Watson disfrutan, pero ¿quién está detrás de este rompecabezas mortal? Londres se convertirá en un campo de batalla en el que Sherlock se enfrenta a la única persona capaz de vencerlo...
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