Empecé a verla por curiosidad, preguntándome cómo se podía hacer una serie con alguien que era un detector de mentiras humano. Resultó que me sorprendió el formato. Funcionaba en los primeros episodios y me apresuré a recomendarla, pero luego todo se va apagando y es siempre lo mismo. Natasha Lyonne es genial, y no puedo quejarme de los diálogos, pero es la trama, las configuraciones, los giros, el drama... mi interés se desvanece a cada capítulo.
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