A falta de tres meses para dar a luz, Laura sigue viviendo en la casa de Jamie y las tensiones empiezan a notarse. Keith está harto de no poder entrar en el cuarto de baño en ningún momento. Jamie sufre por mantener su trabajo y le agota dormir en el sofá del salón. E incluso Sandra comienza a preguntarse cuándo se irá Laura, a pesar de que su obsesión por la limpieza conlleva evidentes beneficios domésticos. Mientras tanto, Alan y Janet se han propuesto sacar adelante su matrimonio...
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