Hombre valiente, honesto y leal, Diego Alatriste y Tenorio se verá envuelto en intrigas palaciegas y conspiraciones de diversa índole que le obligarán a hacer buen uso de su acero...
Conocer el Madrid castizo es el argumento que alega el príncipe de Gales para salir de la corte y sumergirse en las bulliciosas calles de la ciudad. Preocupado por la seguridad del heredero al trono británico, el conde de Guadalmedina ordena al capitán de los Tercios de Flandes que lo proteja. La misión de Alatriste se complica cuando Carlos Estuardo pide al diestro espadachín que le acompañe al convento de Las Jerónimas, donde su amada, la infanta María Ana de Austria, está dando de comer a los pobres. Tras ser descubiertos en el interior de la congregación, ambos emprenden la huida precipitadamente y el príncipe británico acaba deambulando solo y sin protección por las calles de Madrid. Paralelamente, Íñigo de Balboa conoce a Muda, una niña de la calle que sobrevive llevando a cabo pequeños hurtos. Tras enseñarle la ciudad, Muda trata de convencer al pupilo de Alatriste para que se vaya con ella y pueda convertirse en un verdadero soldado...
Por orden expresa del cardenal Richelieu, Madame de Brissac llega a la corte española para intentar hacer fracasar los planes de boda entre el príncipe de Gales y la hermana de Felipe IV, enlace que uniría a los Estuardo con los Austrias, menoscabando la influencia de Francia en la alta política europea...
Mientras Olivares trata de convencer a la infanta española para que acceda a la petición matrimonial de Carlos Estuardo, Álvaro Luis Gonzaga de la Marca, conocedor de la debilidad del marqués de la Hinojosa por el vino y el juego, le invita a tomar parte en una partida en la que terminará desplumándole. El indolente noble, que a menudo arriesga su hacienda y fortuna en los juegos de azar, se verá obligado a pagar la deuda de juego al conde de Guadalmedina de manera insólita: prestar su palacio para que se celebre la boda secreta, iniciativa que de llegar a oídos del monarca suscitaría la ira real...
Confinado en su palacio por orden expresa del Rey, Álvaro Luis Gonzaga de la Marca desea que el capitán de los Tercios de Flandes pague por haber roto la confianza que había depositado en él. La fallida labor del diestro espadachín en el intento de boda secreta entre Carlos Estuardo y la infanta María Ana llevará al conde de Gualdalmedina a poner precio a su cabeza...
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