Alba acaba de mudarse a Bellavista, donde ha inaugurado una tienda de antigüedades con su amiga Andrea. Entre sus deseos están llevar una vida tranquila y quién sabe si enamorarse. Sin embargo, no es una chica normal: puede ver y sentir la presencia de personas fallecidas. Siempre ha convivido con ellas, pero ahora ha llegado el momento de que una de estas almas acuda a ella pidiendo su ayuda: Zoe, una chica que murió dejando atrás asuntos pendientes con Natalia, su hermana gemela. No sin dificultades, Alba mediará entre ambas para conseguir que Zoe salde sus deudas con su familia y pueda avanzar y alcanzar el descanso eterno...
El encuentro con el fantasma de Aitor y su propósito de ayudarle para que consiga avanzar será la primera misión a la que Alba (Patricia Montero) se enfrentará sin la ayuda de su abuela. En el curso de la investigación que debe llevar a cabo para conocer el entorno del joven piloto fallecido, Alba conoce a Gabriel (Antonio Hortelano), el encargado del Archivo Municipal, un hombre misterioso que se revelará como una gran ayuda en sus misiones. Aunque Alba intente centrarse por completo en su misión, no podrá evitar sentirse cada vez más cerca de Pablo (Martín Rivas), el joven médico del servicio de Urgencias. Por otro lado, Alicia, la niña que comienza a percibir extrañas sensaciones similares a las que Alba sentía de pequeña tras recuperarse milagrosamente de un incendio, no es capaz de evitar las extrañas visiones cada vez más persistentes que le asaltan desde el suceso. Ni ante su padre ni ante sus amigas. La pequeña descubre además que estas sensaciones tienen algo en común con las de Alba: un espíritu oscuro que, oculto tras una máscara, aparece en una sombría arboleda...
Alba y Andrea tienen un nuevo vecino, Tomás. Sin embargo, no llega solo. Junto a él, aparece Miguel, un violento fantasma que ha estado persiguiendo a Tomás durante mucho tiempo con un solo objetivo: acabar con su vida y, así, vengar desde el más allá lo que no pudo compensar en vida. Alba comienza a tomar conciencia de que tendrá que renunciar a una vida normal para enfrentarse a historias como la de Tomás y Miguel, una renuncia que implica apartar de su vida a Pablo. Sin embargo, lo que les une parece más fuerte que ninguna fuerza llegada del otro mundo. Una dimensión que también rodea y atemoriza a Alicia. Ramón, preocupado por su hija, inicia un peregrinaje por médicos especialistas en busca de una solución que aleje definitivamente a su hija de esa extraña arboleda y del Hombre de la Máscara que habita en ella...
Alba ayuda a Santi, un alma en tránsito que no quiere abandonar al amor de su vida, Ana, que no piensa más que en suicidarse. Entretanto, Alba intenta alejarse de Pablo, su amor imposible...
Un hombre sufre un accidente de moto, pero Pablo no puede hacer nada por salvarle la vida. Cuando la víctima acaba pereciendo, el joven médico siente algo extraño: el alma del motorista ha invadido su cuerpo. Alba tendrá que ayudar a este espíritu, el de un hombre que estuvo en la cárcel acusado de asesinato y que, antes de poder avanzar, desea despedirse de su familia, pero se trata de un espíritu manipulador y violento que no duda en poseer y amedrentar a Pablo con tal de conseguir la colaboración de Alba, que tratará de ayudarle sin que Pablo descubra su don. Mientras, Andrea conoce a Víctor, alguien que le hará replantearse algunas cosas. Al igual que Nuria, que tras iniciar una amistad con Gabriel, se acercará cada vez más al secreto que éste esconde...
Alba y Andrea tienen que vender los muebles de la casa de una diseñadora que planea cambiar de vivienda. Sin embargo, en esa casa hay algo más que muebles: hay un espíritu. El de alguien que parece tener otros planes para Luna, el bebé de la diseñadora. Mientras Alba trata de descubrir la identidad y las intenciones de ese espíritu, Pablo se irá acercando a la verdad del secreto que Alba le esconde. Alicia también empieza a darse cuenta de que ahora sus visiones son, en realidad, predicciones, premoniciones de muertes...
Alba y Andrea acuden a la despedida de soltera de Ester (Diana Palazón). Pronto se casará con Luis (Jorge Suquet). Sin embargo, un espíritu parece decidido a impedir que esa boda se celebre. Se trata de una misteriosa mujer vestida de novia, con un velo que le tapa la cara. A pesar de los intentos de Alba por entrar en contacto con ella, la novia fantasma no parece buscar ninguna solución a sus problemas: sólo desea destruir a la pareja que forman Ester y Luis...
Antes de ser verdaderamente consciente de los poderes de su don, Alba ya había tenido la oportunidad de contactar con espíritus de personas fallecidas a los que producto de su corta edad trataba como si se tratase de personas del mundo real. La primera vez que se dio cuenta de que los demás no veían lo mismo que ella fue cuando murió Nicolás, un compañero del colegio. Aquel día no supo encontrar el modo de ayudarle y el pequeño acabó perdiéndose en las sombras. Sin embargo, ahora, muchos años después, regresa de donde nadie ha logrado volver para reclamar otra vez la ayuda que entonces no recibió de Alba...
Un fantasma se le aparece a Pablo. Junto a Alba, tratarán de averiguar de quién se trata. Es alguien muy cercano a él. La inevitable unión de los dos para descubrir la identidad de este fantasma obligará a Pablo a replantearse la opinión que tiene del don de Alba. Ahora, los hechos son indiscutibles. Pablo tiene que creer en Alba, una confianza que Alicia también espera que Mario deposite en ella cuando le cuenta que, en una de sus visiones, ha visto la muerte de su amigo...
Alba y Andrea son contratadas para hacerse cargo de la venta de los muebles de una vieja casa de pueblo. Sin embargo, dentro de esa casa hay algo más que objetos antiguos. Alba toma contacto con los espíritus de tres adolescentes encerrados entre esos muros desde los años cincuenta que no están dispuestos a abandonar el lugar que hasta ese momento ha sido su hogar. Alba intentará llevar a estos niños perdidos hacia la luz con la ayuda de Pablo, ya que Gabriel parece haber desaparecido, al igual que Nuria. Alicia también querría desaparecer: las consecuencias de su predicción, difundida por Internet, y la posterior muerte de Mario serán muy dolorosas...
Sucedió hace más de 15 años. Sin embargo, aquel suceso nunca llegó a aclararse. En el bar “La Estación”, Gabriel acabó con la vida de su familia. Tras el crimen, pasó por centros de menores, por la consulta de psiquiatras e incluso le dieron una nueva identidad para que pudiera rehacer su vida… Pero nadie llegó a saber realmente qué había llevado a aquel chico a matar a los que más le querían. Alba siente la presencia de alguien del otro lado que le desvela lo que verdaderamente ocurrió: Gabriel estaba poseído por el Hombre sin rostro. A partir de ese momento, su enfrentamiento final con él documentalista estará más cerca, pero contará con Pablo como aliado. Por otro lado, Ramón, consciente de la imposibilidad de que Alicia pueda llevar una vida normal en Bellavista, decide marcharse a otro lugar en el que empezar de cero. Blanca (Marian Álvarez), una joven restauradora interesada en comprar su vivienda, se entrometerá en sus planes. Pero antes de hacerlo, Ramón se tendrá que enfrentar, por vez primera, a una de las visiones de la muerte que tiene su hija y comprobar si son o no muertes evitables...
Ha llegado el momento de que la joven deba enfrentarse al Hombre Sin Rostro, una lucha en la que Alba se juega no solo las almas de las personas muertas en el accidente de la planta química, sino su propia vida. Es la hora de la verdad: la del Hombre Sin Rostro, la de Alicia y la del propio don de Alba...
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