Empezando con un 5 y terminando con un 8, este es uno de los raros casos en los que un producto Marvel mejora a medida que se desarrolla la historia. Un buen ejemplo de cómo hacer presagios y sorprender a la audiencia; de verdad que no vi venir algunos de esos giros, sólo para darme cuenta de que las señales habían estado ahí todo el tiempo. La serie entiende los temas homosexuales -una rareza- y los aborda con naturalidad y discreción. Personajes fuertes, humor sorprendente y un reparto fantástico. Se nota que Hahn, Plaza y Locke se lo están pasando en grande con sus potentes interpretaciones. La serie vacila entre la comedia negra y el drama existencial de fantasía demasiadas veces, pero no es frecuente que la misma serie consiga arrancarme carcajadas y lágrimas. Estoy impaciente por ver dónde acaban estos personajes en el MCU, ya que esta serie, al igual que su predecesora, me ha convencido por completo.
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