Crítica de Saw X

Saw es una de las franquicias más grandes del cine de terror en la actualidad. Lo que comenzó como una fábula sobre el valor de la vida que utilizaba una violencia altamente estilizada como telón de fondo, evolucionó con el tiempo y se convirtió en una serie de películas centradas exclusivamente en ingeniosas y mortales trampas, lo que hizo que la saga perdiese gran parte de su esencia.

Ha llegado a los cines "Saw X", con una trama que tiene lugar entre la primera y la segunda película, donde nos muestran a John Kramer, enfermo y desesperado, yendo a México en busca de un procedimiento experimental y una cura milagrosa para su cáncer, solo para descubrir que toda la operación es en realidad un fraude dirigido a los más vulnerables. Armado con un nuevo propósito, el infame asesino en serie vuelve a su trabajo y cambia el juego con su característico enfoque visceral, utilizando trampas retorcidas, dementes e ingeniosas.

La premisa de la nueva película se centra en el estudio de la personalidad del villano Jigsaw mientras despedaza a las víctimas del nuevo juego. El guion de la pareja Josh Stolberg y Pete Goldfinger (responsables de la trama de las dos últimas películas de la franquicia) es más simple, objetivo y directo, lo que debería complacer a aquellos que conocen la franquicia y están cansados de los giros extravagantes de las películas anteriores.

El estudio sobre las motivaciones de John Kramer y su relación con su ayudante funciona bien. El ritmo de la producción es más contenido en comparación con las películas anteriores, lo que ayuda a los espectadores familiarizados con la franquicia a recordar quién es el villano y a los que no lo conocen a comprender lo que impulsa su sed de justicia. Al profundizar en esto, la producción intenta humanizar al asesino en serie, cuyos objetivos son criminales. Sin embargo, la producción intercala estos momentos con los juegos para recordar que el villano no está haciendo algo glamuroso ni ejemplar.

Pero no te preocupes, la producción no olvida la fuerza motriz que impulsa las películas de la franquicia. ¡Las trampas tienen espacio para brillar y son brutales! El conjunto de trampas presentadas es muy creativo y extremadamente violento. Destacan la trampa de la aspiradora y la que utiliza una sierra gigli. El director Kevin Greutert, quien ya había dirigido Saw VI y VII, logra construir una historia envolvente y utiliza la iluminación de manera efectiva para crear una atmósfera angustiante. Además, las trampas están bien filmadas por Greutert, quien da tiempo al espectador para comprender el juego y "disfrutar" de su desarrollo sin muchas florituras.

No faltan referencias a las películas anteriores, y aquí es donde reside el problema. La producción se sitúa entre las dos primeras películas de la franquicia, algo que con el tiempo se vuelve confuso en la línea temporal de la franquicia debido a las referencias hechas. Preguntas sobre cómo Kramer obtiene tantos recursos en tan poco tiempo siguen siendo un misterio. Pero sinceramente, nada de esto debería afectar la experiencia del espectador.

Otro punto positivo es el elenco de la producción. Tobin Bell utiliza su experiencia y elegancia para interpretar a un Kramer debilitado pero muy astuto y letal. Shawnee Smith regresa al papel como si nunca hubiera dejado de interpretar al personaje. Su inestabilidad emocional es un elemento interesante en la historia y justifica sus acciones en "Saw III". Synnøve Macody Lund (Ragnarok) es la mejor "víctima" que Jigsaw ha tenido en toda la franquicia y funciona perfecta como antagonista de la historia.

"Saw X" es una agradable sorpresa para la franquicia y para el terror en 2023. Una película que está a la altura del legado de Jigsaw. ¡Que vengan más producciones con este perfil! Los fans nostálgicos de la franquicia y del terror lo agradecerán.

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