La juventud de Robert Redford estuvo marcada por turbulencias de todo tipo. La muerte de su madre cuando sólo tenía 18 años y su aversión hacia los estudios hicieron que tardara en encontrar su camino. Fue un mal estudiante y sólo le interesaban el dibujo y el béisbol. Será gracias a esta última afición como obtiene una beca que le permite ingresar en la universidad para estudiar Arte pero sólo aguantará dos años dentro del mundo académico.
El alcohol y las pandillas callejeras sustituyeron su pasión por el deporte y, con 20 años, decidió largarse a Europa para ser pintor. Trabajo como peón para reunir el dinero suficiente. Entre París, Viena, Florencia... (escapadita incluida a España) se gastó todo el dinero.
En París se vinculó a activistas comunistas; en Roma fue besado en la boca por Ava Gardner, en una noche salvaje de Año Nuevo, y en Viena ayudó a rebeldes húngaros contra la represión soviética.
Más centrado, decidió volver para empezar su carrera como actor. Se dedicó a la construcción de decorados para algunas obras de teatro y allí prueba fortuna con pequeños papeles. También intervino en algunas series de televisión y sus primeros pasos en el celuloide pasaron inadvertidos.
Estudió interpretación en Nueva York, se casó y tuvo tres hijos al tiempo que se centraba en el teatro. Primero debutó en Broadway y, poco más tarde, en 1962, hacía lo propio en el cine con War Hunt.
Sin embargo su gran año fue 1969. Ese año Redford protagonizaría "Descalzos por el parque" junto a Jane Fonda y meses más tarde "Dos hombres y un destino" junto a Paul Newman.
Encumbrado ya definitivamente el rubio actor consiguió imponer su talento a la etiqueta de sex symbol y gracias a títulos tan memorables como "Las aventuras de Jeremiah Johnson", "El candidato", "El golpe", "Todos los hombres del presidente" o "Brubaker" se ganó el respeto de todo el mundo del celuloide.
Conseguidos sus propósitos como intérprete se marcó nuevas metas y en 1980 dirigió "Gente corriente", su primer filme como realizador. Con esta cinta ganó el Oscar a la mejor película y al mejor director, (curiosamente como actor no había conseguido ninguna estatuilla) y desde entonces ha intercalado sus apariciones delante y detrás de la cámara.
También ha hecho incursiones en el campo de la producción y se ha volcado en ayudar al cine independiente desde su centro de operaciones de Sundance, en Utah, donde también tiene su rancho.
Robert Redford, el mito, acumula una carrera sembrada de éxitos y reconocimientos: nominado al Oscar como mejor actor por "El golpe", ganador de una estatuilla por "Gente corriente" y vuelto a nominar por la dirección de Quiz Show, Redford recibió el Oscar Honorífico por el conjunto de su carrera en el año 2002. Un premio emblemático para un personaje más que emblemático.
Tras el 2002, participaría en películas como "La Sombra de un secuestro", "Una vida por delante" y "Leones por Corderos" entre otras...