En 1932, en los nigthclubs de Nueva York podía pasar... de todo. La ley seca imperaba en la ciudad, los buscavidas se movían por los clubs con una soltura asombrosa, y los jugadores se arruinaban incluso antes de que un avispado ladrón les robara lo que no tenian. Lo que había comenzado como un robo "rutinario",...
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