Capítulo 8 de la primera temporada de Último aviso
El agente Michael Westen se ve de vuelta en su casa de Miami tras haber abortado una misión en Nigeria por la inexplicable falta de cooperación de su contacto en la zona. Enseguida sabrá que ha sido "quemado", argot utilizado para designar a los agentes que son apartados del servicio porque no se les considera idóneos para este tipo de misiones. Sin contactos, sin armas, sin identificaciones personales, bajo vigilancia permanente y con órdenes estrictas de no salir de Miami, Westen deberá averiguar quién le ha "traicionado". Para ello, sólo contará con la compañía de su ex-novia Fiona Glenanne (Gabrielle Anwar), una ex-terrorista del IRA, y una única salida: trabajar como agente secreto clandestino en casos de poca monta, al tiempo que investiga por su cuenta cómo ha ido a parar a la "lista negra". Para lograrlo, deberá agudizar su ingenio. Al dejarle desprovisto de equipo, Westen tendrá que improvisar creando sus propios sistemas de vigilancia y aparatos electrónicos a partir de objetos de uso común como una radio o un teléfono móvil. Además, también se valdrá de todo tipo de utensilios para lograr sus fines...
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