Capítulo 4 de la primera temporada de Érase una vez
Emma Swan (Jennifer Morrison) es una joven que sabe cómo cuidar de sí misma desde que fue abandonada siendo tan sólo un bebé. Hasta que todo cambia el día en que aparece en su vida Henry (Jared Gilmore), el hijo que dió en adopción hace años. Ahora Henry tiene diez años y se encuentra en una situación en la que necesita desesperadamente la ayuda de su madre biológica, Emma. Él, basándose en un libro de cuentos, piensa que Emma procede de un mundo alternativo, un mundo donde los personajes de los cuentos que todos conocemos realmente existen, y que ella es la hija perdida de Blancanieves (Ginnifer Goodwin) y del Príncipe Azul (Josh Dallas). Siguiendo lo que se relata en su libro de cuentos, ellos la salvaron enviándola al mundo real con la ayuda de un armario mágico, para que, con el tiempo, ella pudiera regresar y enfrentarse a la Reina Malvada (Lana Parrilla), quien con una maldición traslada a todos los personajes a un nuevo mundo, el real.
Cuando Henry encuentra a Emma en su ciudad, ella no se cree ni una palabra, así que le sube al coche para llevarle de vuelta con su madre adoptiva a su extraño pueblo, Storybrooke. Preocupada por la situación del chico, Emma decide quedarse unos días cerca de él… y es entonces cuando empieza a sospechar que Storybrooke es en realidad mucho más de lo que aparenta...
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