Jessica Jones: Crítica de la primera temporada de la serie
Netflix presentó el pasado 20 de Noviembre su nueva serie en colaboración con el universo cinematográfico de Marvel, Jessica Jones, que se ha convertido en la segunda serie de la franquicia de Los Defensores, y que todavía será completada con Luke Cage y Iron Fist, ambas todavía sin una fecha de estreno concretada.
La serie sigue a Jessica Jones (Krysten Ritter), una particular y temperamental investigadora privada que posee una fuerza sobrehumana y que se verá obligada a enfrentarse a Kilgrave (David Tennant), un hombre con la capacidad de controlar las acciones de las personas a su alrededor.
Con el uso de recursos del cine negro, como la narración hecha por la protagonista, una iluminación dramática con un alto contraste entre la luz y la oscuridad y una visión del mundo esencialmente pesimista que sucede durante gran parte de la historia (principalmente desde el punto de vista de Jessica), la serie consigue crear una ambientación única y muy revitalizante para el género de los superhéroes, centrándose más en las relaciones entre los personajes que en el hecho de que algunos de ellos posean superpoderes. Jessica Jones comienza mostrando la vida que lleva Jessica, que por la descripción del propio personaje en la primera escena del primer episodio, es una vida bastante agitada. Y es en la conclusión de esa primera escena en la que los fans del cómic "Alias" reconocerán la gran fidelidad de la adaptación del cómic a la pequeña pantalla.
En comparación con el resto de adaptaciones cinematográficas de Marvel para cine o televisión, nos presentan en esta ocasión a un villano totalmente diferente de lo que estamos acostumbrados a ver de Marvel. Kilgrave posee un carisma que falta en la mayoría de las adaptaciones, y en el transcurso de la serie, conforme se va desarrollando, en algunos momentos el espectador incluso llega a simpatizar con él. Otro punto destacable entre Kilgrave y las adaptaciones audiovisuales de los demás villanos es su objetivo final. Estamos acostumbrados a que nos presenten villanos cuyo objetivo es la dominación mundial, la extinción de la raza humana u otros objetivos exagerados. El único objetivo de Kilgrave es conseguir el amor de Jessica, es como un niño mimado que no consigue lo que quiere, y utiliza desde amenazas sin ningún objetivo fijado a ataques aleatorios de ira. Pero todo esto sin romper la línea de desarrollo tanto de si mismo como del rumbo que la historia está siguiendo.
La ausencia de una relación concreta y directa con la serie de Daredevil, antes del último episodio, podría dejar a los fans un poco tristes, pero se compensa no sólo con Luke Cage, (que a diferencia de lo que podríamos haber imaginado, tiene un gran papel no sólo en las tramas secundarias de la serie, sino también en la historia principal entre Jessica y Kilgrave) sino también con muchos huevos de pascua del universo Marvel, con menciones a Los Vengadores o apariciones de personajes conocidos de los cómics de Jessica Jones, entre otras.
Muchos de vosotros discutiréis sobre qué serie fué mejor, si Daredevil o Jessica Jones, cuando en realidad no es ese el punto. Ambas fueron excelentes series, que aumentaron el nivel para futuras series del género en diferentes aspectos. Hemos encontrado en Jessica Jones partes geniales, pero también en Daredevil nos hemos encontrado con partes que superaron las expectativas. A fin de cuentas, esto va en función de los gustos personales de cada persona, y en lugar de quedarnos comparando las series y discutiendo sobre cuál es mejor, ¿por qué no simplemente apreciar ambas, que son grandes series, y agradecer esa colaboración entre Marvel y Netflix por finalmente traernos una visión más realista, humana e interesante en muchos aspectos, de lo que estábamos acostumbrados?