Crítica de Tyler Rake 2

Tyler Rake fue uno de los primeros grandes lanzamientos en streaming después del inicio de la pandemia de COVID-19 y resultó ser un gran éxito para Netflix, que no tardó en comenzar la producción de una segunda película. Poco más de tres años después, llega “Tyler Rake 2” para contar prácticamente la misma historia, pero trasladando la acción desde Bangladesh a, primero, Georgia y luego a Austria. El mercenario Tyler Rake, interpretado por Chris Hemsworth, vuelve a la acción después de meses de recuperación tras los eventos de la primera película. Ahora tendrá que rescatar a su cuñada y sus hijos de una prisión.

Además de Hemsworth, regresan al elenco Golshifteh Farahani y Adam Bessa como Nik y Yaz Kahn, sus amigos mercenarios, con la introducción de Tornike Gogrichiani interpretando al gran villano, Zurab, el líder de un grupo paramilitar religioso que liquida a cualquiera que se cruce en su camino. La película incluso cuenta con una pequeña participación de Idris Elba como un personaje misterioso y arrogante que aparece al principio y al final de la película, actuando como maestro de ceremonias para una posible segunda secuela (o al menos eso parece). Detrás de las cámaras, tanto Sam Hargrave, un antiguo especialista en acrobacias convertido en director, como el guionista Joe Russo (la mitad de los hermanos Russo que se hicieron famosos por sus películas de Marvel), también regresan con el objetivo de superar la dosis de violencia frenética de la primera entrega de esta emergente franquicia.

¿Recuerdas el tan mencionado plano secuencia falso de 12 minutos en la película de 2020? Pues ahora regresa en una versión absurdamente mejorada de 21 minutos, lo cual es otro logro técnico impresionante. Sin embargo, su final también debería marcar el final de Tyler Rake 2, que con un metraje de unos 45 minutos hubiese contado lo mismo. Después de todo, esta tendencia de largos planos secuencia de acción llenos de cortes ocultos parece ser más una competencia insalubre entre diversas producciones que algo que realmente tenga una razón de ser. Es un espectáculo por el espectáculo mismo, que puede impresionar a aquellos más fácilmente impresionables, pero que parece existir solamente como una excusa para reemplazar todos los demás elementos que hacen de una película una película, como un guion que tenga sentido, por ejemplo, en lugar de una mera imitación de historia que sería mucho mejor si no intentara crear un drama artificial y superficial.

Pero cuando digo que "Tyler Rake 2" debería terminar tras el famoso plano secuencia de 21 minutos, lo digo en serio. Lo que viene después son dos largas secuencias de acción mediocres y genéricas que no logran repetir la intensidad de la primera, lo que hace que la película se enfríe considerablemente y se mezcle con tantas otras que consisten en una sucesión de golpes y tiroteos con una cámara temblorosa sin ningún refinamiento o elegancia. "Ey! pero la película entretiene y eso es lo que importa", dirá mucha gente, y para sorpresa de esa mucha gente, este crítico está de acuerdo en que la película entretiene. Pero también agota. Y decepciona. Además, hay muchas otras películas de acción que entretienen y, al mismo tiempo logran ofrecer algo más, lo que hace que el argumento se desmorone de inmediato y se convierta en una afirmación tan cliché y genérica como la propia película que intenta defender.

Es una lástima que Chris Hemsworth no busque material con más de una página de guion para actuar, porque entre los actuales brutos de las películas de acción, él es uno de los mejores. En Tyler Rake 2 (y en la primera también, seamos sinceros), su papel, siendo el protagonista de la historia, llega a estar en segundo, tercer e incluso cuarto plano en comparación con todo lo demás, es decir, la pelea, los disparos, las acrobacias y las secuencias que se acumulan de tal manera que una atropella a la otra en la memoria de quienes ven los innecesariamente largos 122 minutos (cómo se extraña el arte de hacer películas de acción de 90 minutos...) sin tener un ataque epiléptico.

Tyler Rake 2 sin duda tendrá tanto o incluso más éxito que el primer capítulo de la saga, y una tercera película, si Hemsworth no deja de actuar debido a su pronóstico de salud, es el camino obvio a seguir. Es parte del juego, por supuesto, y el trabajo de Hargrave es incluso más interesante que varias obras recientes del género, aunque la vara esté baja. Sin embargo, no sé si sería demasiado pedir una tercera parte que al menos intentase, durante unos minutos, cambiar el espectáculo vacío por algo un poco más atractivo, que abriera espacio para que el protagonista fuera más que solo una figura de acción en medio de un juego de niños.

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