Crítica de The Continental
La saga de películas de John Wick ha conquistado a muchos fans a lo largo de los últimos años. Un aspecto destacado que llama la atención de los seguidores de la franquicia es la excelente coreografía de las escenas de acción que mezcla el gun-fu con secuencias asombrosas. Sin embargo, existe un elemento un tanto subestimado que es fundamental para que las películas tengan tantos fans: el Hotel Continental.
Bajo todas las escenas de acción y persecuciones extremas, el universo de la franquicia contiene un submundo del crimen en el que los asesinos del Continental destacan por su elegancia y profesionalismo al hablar de sus actos de violencia. La Alta Mesa se convierte en una mezcla singular de culto religioso con un negocio capitalista de la muerte. Con tanta profundidad, la existencia de un spin-off basado en este mundo se vuelve casi inevitable, y así nace la serie "The Continental".
A pesar de estar basada en el universo y el mundo de John Wick, "The Continental" se aleja de la elegancia y el neo-noir de las películas y se sumerge en la Nueva York de los años 70. La elección puede parecer extraña al principio para el espectador, pero a medida que avanza la trama, tiene total sentido considerar cómo la Alta Mesa ha evolucionado a lo largo de los años, siempre presente en los modelos criminales de cada década.
Además del cambio de tono, la obra también presenta un punto interesante: los protagonistas y personajes secundarios más destacados son personas ajenas al círculo de la organización de asesinos. Esto es un enfoque nunca antes explorado en las películas y aporta un soplo de aire fresco al mostrar la relación de los civiles y los policías con la Alta Mesa.
Y aquí es donde llegamos al tema principal de la serie. Una cuestión que ya se insinuaba ligeramente en las películas y que cobra mucha más fuerza en "The Continental": el protagonista de la serie es Winston Scott (Colin Woodell) antes de convertirse en el poderoso gerente del hotel. La travesía del protagonista evoca un paralelo social entre Nueva York y la Alta Mesa. Tanto en John Wick como en "The Continental", la ciudad representa las dificultades y desafíos de una clase social inferior a la de los privilegiados que frecuentan el hotel.
Winston nace en esta clase inferior, y su viaje a lo largo de la serie consiste en dejar de negar su origen y comprender cómo no ser una persona nacida con privilegios lo hace mucho más poderoso de lo que esperaba. Así, el hotel y la Alta Mesa se convierten en antagonistas de esta ideología de esfuerzo y superación de la clase pobre de la ciudad, donde el único camino hacia la victoria es el enfrentamiento entre estas fuerzas al final de la serie.
Sin embargo, a pesar de los temas que enriquecen la narrativa, el mundo fuera del Hotel Continental carece de inspiración, lo que resulta en una narrativa que se basa en elementos superficiales y que no logran seguir el ritmo de los mensajes que la obra intenta transmitir. A lo largo del segundo episodio, la trama sigue al grupo principal mientras se prepara para un gran ataque al hotel, pero no queda claro por qué están dispuestos a dedicar sus vidas a una causa que solo tiene un vínculo emocional con el protagonista. La serie muestra una falta extrema de enfoque en el desarrollo de estos personajes, a los cuales la producción quiere que el espectador se preocupe por ellos.
En resumen, "The Continental" ofrece una visión interesante al mostrar a aquellos que estaban fuera de la Alta Mesa, creando un paralelo social entre las pandillas y los asesinos. Sin embargo, no logra desarrollar sus ideas y se centra en elementos familiares de las películas de acción, demostrando no comprender cuál es el punto principal de su narrativa.